Esta mermelada de tomate con finas hierbas tiene un sabor especial y se siente el gusto del romero y la albahaca en cada bocado. Aunque el tomate es típico del verano, hoy en día se pueden comprar en el mercado todo el año. Eso sí, no saben igual. En esta temporada comemos menos tomates en nuestras ensaladas y lo empleamos más en guisos, dulce o mermelada.
Quienes han probado otras mermeladas que tengo en el blog, saben que me encanta ponerles un sabor extra a las frutas, ya sea con cítricos, hierbas, o especias.
Tenemos ya para ti la mermelada de higos con cardamomo, naranja y pimienta rosa; la de frutos del bosque con tomillo y naranja; la de melocotón con cúrcuma y jengibre; y la de arándanos con limoncillo, limón y tomillo.
En cuanto al dulce de tomate, no tengo la receta aún en el blog, pero sí la tienen en mi libro La cocina cubana de Vero y si quieren que la suba acá, me avisan en los comentarios.
Para esta mermelada de tomate y finas hierbas debes usar tomates Campari, que miden aproximadamente 1.5 pulgadas de diámetro (unos 4 centímetros). Dificilmente tengan el mismo tamaño todos los que vengan en el ramo o en el paquete, por lo que vas a ver en la preparación que debes cortarlos de modo tal que te queden del mismo tamaño.
Aunque en muchas recetas decimos que se pueden sustituir las hierbas por su versión seca, en esta mermelada recomiendo que uses hierbas frescas, porque es una mermelada ligera y le darán un frescor que la hace mucho más sabrosa.
Esta no es una mermelada muy dulce, por lo que debe consumirse en un par de semanas. Puedes hacer para regalar a tus amigos en las fiestas o servir cuando tengas invitados. Va perfecta con un queso de sabor fuerte, como los quesos azules y los quesos de cabra, ya sea con galletas o pan tostado.
Ingredientes
- 500 g de tomates Campari (unas 15-16 unidades)
- 3/4 de taza (150 g) de azúcar blanco
- 1 rama de albahaca o 2 a 4 hojas, dependiendo del tamaño
- 1 rama de romero
- 1 rama de orégano o una hoja de orégano de hoja ancha
- 2-3 pedazos chicos de corteza de limón
- 2 cdas de jugo de limón
Preparación
Haz un corte leve en forma de cruz en la parte inferior de cada tomate como indica el vídeo.
Pon agua suficiente en una cazuela mediana para que los tomates puedan sumergirse en ella. Cuando hierva el agua, echa los tomates en la cazuela, con cuidado no te salpiques. Baja el fuego a medio y cocina los tomates durante 1 minuto.
Mientras coloca abundante agua y hielo en un cuenco grande y cuando estén los tomates ponlos ahí un par de minutos para que se enfríen y para detener la cocción. Retira la piel de cada uno partiendo de los cortes que habías realizado al principio. Sale la cáscara muy fácil.
Corta los tomates en gajos. Dependiendo de su tamaño, los cortas en 4, 6 u 8 para que te queden pedazos similares. Colócalos en la cazuela con el resto de los ingredientes y déjalos reposar 2 horas, meneando la cazuela a cada rato para que se vaya disolviendo un poco el azúcar.
Una vez pasado este tiempo, prende el fogón a fuego medio y cuando comience a hervir todo, ve retirando la espuma los primeros 2-3 minutos. Luego deja cocinar unos 15-17 minutos, hasta que se espese y los tomates se deshagan.
No tiene que quedar con la textura final de la mermelada, debe estar un poco más suelta, ya que cuando se enfría, se pone más espesa. Además, si la hierves demasiado, le saldrá más el sabor a tomate y un poco menos el de las finas hierbas.
Vierte la mermelada en unos fracos de cristal con tapa. Da un casi dos tazas.
Consume en las próximas dos semanas.
Y no dejes de contarnos si la probaste y qué te pareció.
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